Quise creer que nos veríamos al día siguiente. Con diez años de menos me hubiese sorprendido la ausencia de su llamada. Incluso me lo hubiese tomado a mal. Tomamos unas cervezas la tarde anterior. Después de varios años de saber el uno del otro. De saber que los dos escribíamos y nos gustaba la literatura. Fue un encuentro distendido. Aunque con diez años de menos me hubiese preocupado contestar ‘no’ a tantas preguntas: ¿Has leído a Rilke? ¿Y a Goethe? Habrás ido a la exposición de Hopper.