En Tan-Tan compramos pan para varios días. La cuenta que inicialmente hicimos la hemos corregido a la baja. Nos salían unos 250 panes. A dírham[1] la pieza. Gerardo ha mostrado una sensatez irreprochable. Me ha sorprendido. Va a ser que ha madurado. Se ha casado. Ha sido padre. O al revés. Ya lo dijo en el coche: ‘si es que yo soy el más maduro de todos vosotros’. A lo que el Indio y Javi –llamémosle el lamparones para diferenciarlo del quillo- han contestado con una sonora carcajada.