En otoño ya han empezado las clases. La algarabía de los niños puede escucharse en los barrios solo durante algunas horas. Las que van desde la salida de los colegios hasta que se va la luz.
El otoño avanza, y ese espacio de asueto se va reduciendo.
Los patios guardan esos gritos. Las disputas. Los brotes de entusiasmo. Antes de la merienda. Se improvisan porterías. Se extienden cuerdas. Se arrinconan las pesadas mochilas, colmadas de libros y tareas.
Se pacta, se acuerda, se prometen fidelidades. Se jerarquiza.