Este es un libro altamente motivante, al menos para mí, que siempre me ha atraído la idea de la autopropulsión, es decir, la manera de trasladarse de un lugar a otro por medios propios: corriendo, andando, en bicicleta, en piragua.
Y lo que expone este libro es la teoría de que el ser humano se ha desarrollado evolutivamente para correr largas distancias. Hemos sobrevivido gracias a nuestra capacidad para perseguir animales y agotarlos corriendo. No muy rápido, pero sí durante largas distancias. Somos los mejores en eso. Andamos erguidos porque es el mejor mecanismo de ventilación pulmonar. Y tenemos el más exquisito sistema de refrigeración que existe, las glándulas sudoríparas.