Dice Gerardo que llevo durmiendo doce horas. Me lo creo. Él, mientras tanto, ya ha dado varios bandazos y tiene pensado el primer itinerario.
Salgo de la tienda y me encuentro con una estampa magnífica, por un lado los dos Parinacotas, por otro el Sajama. El cielo está limpio, no queda ni rastro de la tormenta de anoche. En la gran planicie verde, inundada, los denominados bofedales o turberas, el ganado pasta a sus anchas. Es una mañana primorosa.
Campamento 1 (4372 m). Gerardo buscando al gato. Al fondo los Panayotas